Resultan preocupantes ciertas declaraciones de la diputada nacional del PRO y ex
vicejefa de Gobierno de la Ciudad, Gabriela Michetti, sobre las posibilidades
de adopción de las parejas del mismo sexo. No sólo preocupan por su contenido
altamente discriminador, aunque no es la primera vez que la dirigente macrista
hace ese tipo de comentarios, sino por el grado de desparpajo con que lo dice y
por la concepción racista que trascienden sus palabras.
En
una entrevista realizada por el diario La Nación, cuando el periodista le dice
“Voy a tomarte nuestra adaptación del test de Rorschach. ¿Para vos es una
mancha esto?” y le muestra la foto del militante Alex Freyre, besándose con su marido,
José María Di Bello. Ella se que da callada y
mira seria. Ante el silencio, el entrevistador le habla de esa ‘supuesta’ según
él, conexión que se cree que existe entre ella y monseñor Bergoglio, pues Michetti
siempre se ha encuadrado bajo los designios de la Iglesia, oponiéndose al
matrimonio igualitario y al aborto, por ejemplo. Ella desmiente tal relación, y
dice que “Todo lo que hablo con Bergoglio son charlas más bien
intelectuales sobre religión”.
El
periodista continúa con otra pregunta, justamente la que tendrá la respuesta de
la que nos proponemos hablar: “¿Y si viene Alex Freyre,
y te dice: "Gabriela, con mi pareja queremos adoptar"?”. Michetti
dice: “-Es
un tema que me inquieta no lo tengo definido. Si me ponés en la situación de un
niño que esté en condiciones de abandono y en situación de una vida que va a
ser muy dolorosa y muy triste y nadie lo quiere adoptar, pero hay una pareja de
homosexuales que lo quiere adoptar... Y bueno, que lo adopte. Hay que pensar en
la discriminación que puede sufrir un chico. Yo pido que las miremos y con data
después decidamos”. Así. Sin anestesia. Lo replicamos de manera textual para
que no haya interpretaciones, sino la lectura directa.
Hay varias cosas para
decir. Además de lo obvio, claro, como que Michetti no está de acuerdo con que
las parejas del mismo sexo puedan adoptar, se evidencia su propio prejuicio,
pues habla de una supuesta discriminación que puede sufrir una criatura, lo que
no dice es que esa es su sensación, lo que ella sentiría hacia ese niño. Pero
rescatemos de las entrelineas de esta terrible agresión que Michetti realiza
con sus dichos a todas las parejas del mismo sexo que quieren convertirse en
padres y madres adoptando y a toda la comunidad gay en general y leamos un poco
más allá. Si al chico nadie lo quiere adoptar… si está en una situación de vida
dolorosa y muy triste… ahí si. Recién ahí que los gays adopten. Eso dice.
Entonces, a los chicos más miserables, los más desprotegidos, los que no tienen
cariño ni quienes los defiendan, a esos solos, ella puede concebir que les
espere ese futuro de discriminación por tener dos papás o dos mamás. Los
famosos niños de segunda. Los hijos de segunda. La crueldad más perversa en
boca de una diputada de la Nación.
Las discriminaciones
que un chico puede sufrir en una escuela son muchas, por las características de
su cuerpo, por las posibles dificultades para aprender, por si tiene un solo
papá o una sola mamá, si sus padres se divorciaron… Como dice José María Di
Bello en INFONews: “Para
los chicos es mucho más fácil aceptar la diversidad que para los adultos. Mis
hijos en particular no han tenido situaciones problemáticas con compañeros de
escuela. Tuvieron situaciones por otro tipo de cosas más que por el tema de
tener dos papás. A veces ha pesado más el hecho de ser adoptado que el hecho de
haber sido adoptado por dos papás”.
Lástima que el periodista de La Nación no le preguntó a
Gabriela Michetti ¿qué busca un niño abandonado? ¿Busca una familia constituida
bajo la norma católica? ¿Busca legisladores que los discriminen y los traten
como personas de segunda? No. De seguro que no. Un chico que espera ser
adoptado busca amor, quiere lo mismo que un niño que vive en el seno de una
familia con padres biológicos: amor. Es tan simple que duele tener que
explicarlo. Y eso ofrecen con creces las y los Alex Freyre y los José María Di
Bello de este mundo: amor, como cualquier persona que quiere ser padre o madre,
sin importar su orientación sexual. Esperemos que algún día los y las Gabriela
Michetti de este planeta lo entiendan de una vez.
María José Sánchez
majosanchez@gmail.com