lunes, diciembre 14, 2009

Si ladran, vamos bien





“Los amigos del barrio pueden desaparecer,
pero los dinosaurios van a desaparecer.”


(Charly García)




    Ya no asombran a nadie. Indignan, enfurecen, entristecen un poco, pero ya no causan asombro. Llevan tantas décadas de lo mismo, que hay que estar muy distraído para no reconocerlos al instante. Hay épocas en que se camuflan bien, hasta logran mimetizarse con el entorno. Hay otros momentos, por el contrario, que se revuelven y se arrastran y debaten en el barro, y son tan llamativos, que es difícil no notarlos.


    Acá están, otra vez. No porque volvieron, sino porque nunca se fueron. Los que nadaron en las negras aguas de la impunidad por tanto tiempo son así, creen que pueden seguir siendo impunes por siempre. Error. Grave error. La cobardía que movilizó antaño sus actos oscuros, obra nuevamente, ahora algunos hasta se animan a dar la cara. Hay que reconocer semejante gesto de bravura. No cualquiera pide un descabezamiento de autoridades democráticas a voz en cuello en estos días. Hay que tener muy claro los principios que mueven la necesidad de ver sangre en la plaza pública, hay que ser muy fascista para sostener semejante afirmación. Insisto, no cualquiera.


    Ahora, hay que saber entenderlos, les vienen pegando abajo. Cárcel común, perpetua y efectiva... juicios al ángel más negro de todos... hasta les bajaron el cuadrito de Jorge Rafael. Y los bolsillos, si los bolsillos pudieran hablar.... seguramente dirían cosas un poco extrañas, referidas a esposas de caballos o a los animalitos que viven en el mar, como si planearan salir de caza. Es que están tan alborotados que dicen cualquier cosa, están tan escandalizados que hasta nombran a Posse como Ministro de Educación, será para ver si con eso 'aprendemos'.


    Épocas como éstas obligan a pronunciarse. Yo, que no soy yegua ni pescado, siento la necesidad de decir que no se trata de adhesiones partidarias, o de cuan simpática me cae una medida o cuanto desacuerdo con alguna ley. Hoy, ahora, se trata de levantarse firmes ante semejante embate de lo peor de todos los tiempos, de los asesinos, de los apropiadores, de los torturadores, de los que destruyeron el tejido social de este país, para amasarlo y manejarlo a sus propios antojos durante tanto tiempo. Si por las mezquindades que genera hablar desde el oficialismo o desde la oposición, caemos en lo peor que puede hacer un pueblo: no aprender de sus errores y damos un paso atrás, mereceremos semejante derrumbe. Y si las Madres, Las Abuelas y los Hijos no lo dieron, nosotros tampoco.


María José Sánchez

lunes, noviembre 16, 2009

Otro transporte es posible, porque otra forma de gobernar es imprescindible




Quiero compartir algo contigo Bart:
Tres pequeñas frases que te
ayudarán a lo largo de tu vida:
1- ¡Cúbreme!, 2- ¡Buena idea Jefe!,
3- Estaba así cuando llegué.”
(Homero Simpson)




  Estudios recientes confirman las sospechas: la absorción de calcetines de manera descontrolada, resulta nocivo para la memoria. Quedó científicamente demostrado, ya no puede haber dudas al respecto. Lo que en estos momento asusta más a los médicos, es que el perjuicio que causa en los recuerdos, puede ser potenciado si el sujeto en cuestión incursiona en la política.

    En estas horas hemos podido leer declaraciones que, lamentable, ratifican estos temores. Un concejal del oficialismo local, ha hecho declaraciones atípicas y llamativas, que evidenciarían los peores pronósticos para su salud. Acusaciones a otro concejal -socialista, opositor- cuando éste manifestó su preocupación por la seguridad de los choferes de colectivos, en el supuesto caso de que se coloque el sistema de cobro del boleto mediante las famosas monederas, confunde a la opinión pública. Lo bueno es que ante esta enfermedad, hemos descubierto un antídoto: mantenerse firme y no abandonar las ideas originales, esas que hacen que ciertos concejales de la oposición -socialistas- nunca hayan votado un aumento del boleto y hayan propuesto -sin éxito- otro sistema de transporte posible, integrado, económico y más seguro. El efecto olvido oficia de culpable: cuando los choferes manejaban dinero a bordo, sufrieron infinidad de robos (al igual que los pasajeros) y torturas físicas por unos pocos pesos.

    Los actores políticos marplatenses que no utilizamos la genuflexión como práctica militante, estamos a salvo de éste nuevo flagelo. Es por ello que recordamos el asesinato de Angel Pedro Martínez, viudo, de apenas 34 años, con hijos, en Noviembre del 2005, por un ingrato botín de apenas $17. No es demagogia, es simple memoria.

    Ahora bien, si los que creemos en la política como medio de transformación de la realidad, los que trabajamos todos los días para mejorarle la calidad de vida a los vecinos, no alzamos nuestra voz cuando vemos como se pretende instalar un sistema de cobro del boleto ya obsoleto, perimido y descartado por muchas ciudades importantes del país, tanto por los riesgos obvios de transportar dinero a bordo, como por el hecho fáctico de que no hay monedas, de que ese esquema favorece el no-control, de que es un evidente retroceso y por sobre todas las cosas, que pone en peligro nada más y nada menos que la vida de los trabajadores, entonces, o hemos equivocado nuestro camino, o tenemos una sobredosis de medias del Jefe atoradas en la garganta.


María José Sánchez


miércoles, octubre 21, 2009

Ausente sin aviso



    Dar la información minuto a minuto ha de ser un trabajo arduo, complejo, debe de requerir una gran dedicación. Las personas que, como yo, no nos dedicamos a informar, -y mucho menos a seguir y transmitir las noticias al momento que suceden-, contamos con cierta libertad temporal a la hora de opinar sobre los temas. Es por eso que resulta más cómodo, pues permite una perspectiva distinta, por un lado, con la humildad de asumir hasta donde sabemos sobre ciertos temas, y de lo que no se sabe, no decir nada. Y por el otro, con cierto valor, ya que siempre se opina desde el mismo lugar, diciendo lo que se piensa, escribiéndolo y, en el mejor de los caso, publicándolo.

    Desde ese sitio, es que quiero hablar de la sensación que me queda después de haber vivido la toma del Concejo Deliberante de General Pueyrredon desde adentro, es cuan desprotegidos estamos los marplatenses y los batanenses. Quienes nos gobiernan -o dicen hacerlo-, no cuentan, resulta evidente, con la capacidad de intraposición, que resulta fundamental a la hora de hacer política, a la hora de decidir por los demás, es decir, carecen de la capacidad de ponerse en el lugar del otro. Esto, que en apariencia podría aparentar ser un dato menor, se pone en manifiesto con obviedad lastimosa en circunstancias como la de este martes.


    Los reclamos de los trabajadores, ya sean ocupados o desocupados, merecen, sin excusa, la atención plena de la dirigencia política y, más aún, del gobierno local. Podemos, por un lado, decir y saber que la violencia no resuelve las cosas, que no se puede reclamar el diálogo después de irrumpir a los golpes. Pero también podemos decir, sin desatender lo anterior, que tampoco puede ser posible que la única forma que tienen algunos sectores de ser escuchados sea irrumpiendo con violencia. Es inadmisible que ésa sea la manera que tienen de recibir atención, cuando ya están acorralados.


    El origen y trasfondo del reclamo, (ante reiterados incumplimientos del intendente Pulti en relación a la tardía provisión de recursos para efectuar los trabajos de obra pública pactados por el plazo de un año, cooperativas de organizaciones sociales tomaron durante la mañana de este martes el Concejo Deliberante), puede despertar distintas opiniones, como hemos podido escuchar o leer en estas horas. Pero hay otras cosas que aún preocupan más, como por ejemplo que esta toma se sume al anecdotario de quienes estuvimos dentro o fuera del recinto, atentos al acontecer, asusta que sólo vaya a ser un grito más contra el viento, de esos que estamos tan acostumbrados, cuando las voces se van hacia otro lado, cuando no llegan a los oídos a los cuales estaban destinados.

    Insisto, ayer no había quien piloteara en la tormenta, no había bombero en pleno incendio, por ser metafórica y no decir con toda la boca que la persona que debió estar presente, brilló, pero por su ausencia. Es claro que el Intendente tienen que cambiar muchas cosas, en muchas áreas, pero sobre todo, tiene que asumir las responsabilidades, todas. No sólo hay que salir en las fotos cuando llega La Copa Davis o cuando se inaugura una Cumbre de Alcaldes, o cuando llegan fondos extraordinarios de nación o provincia, sino también hay que estar a la hora que estallan los conflictos de los que menos tienen.


María José Sánchez
majosanchez@gmail.com

Foto de www.0223.com.ar

domingo, octubre 18, 2009

364 días




-¿Qué esperabas? -suspiró Úrusla-. El tiempo pasa.
-Así es -admitió Aureliano-, pero no tanto.”
Gabriel García Márquez (Cien años de Soledad)


El consumismo en el que osamos existir, nos fuerza a vivir en montañas rusas sentimentales, hay días instaurados comercialmente como de festejos, los famosos “Día de...” que tienen intrínseca la capacidad de causar el efecto contrario en muchos. Como hoy, Día de La Madre, o como lo llaman ahora, desde hace algún tiempo, queriendo atenuar efectos: Día de la Familia.
Me vienen a la memoria las actividades que me hacían hacer en la primaria para días como éstos, nos hacían manufacturar algún tipo de presente en clase con el objeto de ofrecérselos a la/el agasajado. A mi siempre me ocurrió que cuando llegaba junio y el Día del Padre cumplía un domingo más, tenía que darle el regalito a mi madre, que también cubría esas funciones desde siempre. Después de muchos más años, cuento con cierta perspectiva y me resulta absurda la crueldad de hacer pasar a los chicos por eso. En mi caso particular no había casi dolor, sino más bien una confusión infantil: cuando uno nace ciego no sabe que es ciego hasta que alguien se lo dice y el que no sabe, es como el que no ve, dicen los refranes. Pero cuando llegaba la hora de la artesanía para las mamás, no había confusión, era parte de la normalidad.
Ahora, adulta, o como se llame tener 27 años, vivo otra circunstancia. Tuve madre hasta los 19, es decir, nací viendo. Entonces, se lo que se sentían los Días de las Madres, al menos los de antes: llegar a las doce de la noche del sábado con el regalo preparado, si es que había logrado aguantarme en la semana y no se lo había dado ya. Ahora, me fuerza la costumbre, compro regalos para mis tías y últimamente, dos de mis primas.
Los días como hoy, que ahora se innecesarios, no deberían obtener tanto crédito, no deberían estar tan sobre estimados. No importa la edad que tengas, cuando tus padres mueren, siempre te quedás huérfano. Entonces me pregunto, si ya hay otros 364 días para que, los que los tengan, puedan estar con las madres o los padres o los abuelos, ¿porqué hacer de un día algo especial? Como si no fueran especiales todos los días. Nosotros, los que nos quedamos fuera de estos festejos con los años, también tenemos 364 días para extrañarlos, siendo tal vez estas lineas sólo una forma más de hacerlo. Pero hay fechas que siempre nos terminan lacerando el recuerdo, nos obligan a sonar un poco resentidos con el calendario de los comercios, y nos solidarizan con todos esos nenes y nenas que esta semana hicieron su regalito y se lo tuvieron que dar a otro, o que dentro de algún tiempo, querrán que cuando llegan ciertos domingos de octubre, uno pueda dormirse el sábado y despertarse el lunes.

María José Sánchez
majosanchez@gmail.com


viernes, septiembre 25, 2009

Cartón lleno


Hagan juego señores. Para todos aquellos que estaban convencidos que el mejor premio que el municipio le podía dar a los contribuyentes de la ciudad eran asfaltar las calles, iluminar los barrios, proveer con los insumos necesarios las salas de atención primaria y mantenerlas abiertas, poner en valor los establecimientos educativos, podar los árboles, limpiar los baldíos, etc... bueno, estaban equivocados, nada de eso resulta a la hora de incentivar a los que mes a mes, pagan sus impuestos. Por ello, desde la Secretaria de Economía y Hacienda, han propuesto un plan que da por tierra la supuesta demanda de obra pública y nos demuestra donde están los verdaderos intereses de los vecinos: se sortearán un taxi 0 KM con licencia, 20 notebooks, 30 becas educativas y bonos de compra de $200 en hipermercados de cuestionada habilitación.

Ahora, viéndolo en perspectiva, ¿quién no cambiaría la tranquilidad de saber que si un hijo se accidenta, la sala de su barrio va a estar preparada para atenderlo en tiempo y forma por un notebook? Nadie. ¿Quién, en este mundo, preferiría que el colectivo entre en su barrio por nuevas calles y llegar a tiempo al trabajo o a la escuela cuando hay ordenes de compra por $200? Pregunto: ¿qué insensato optaría por que las ratas no estudien con sus hijos en algunas escuelas municipales, cuando existe la gran oportunidad de que alguien, sólo uno de nosotros, se haga acreedor de una taxi con licencia, vaya a saberse de dónde?


Me indigna pensar que haya algún reaccionario que prefiera darle de comer a sus hijos mediante la obtención de un trabajo digno cuando hay algunas becas educativas esperando a un puñado de afortunados que no saben que, en realidad, esas becas no deberían ser premios, sino políticas de estado. En fin, yo, que pago mes a mes, debo tener esperándome algunos cartoncitos de bingo listos, junto a un puñado de porotos. Sólo una idea me queda dando vueltas: para algunos, gobernar Mar del Plata de manera equilibrada, es más difícil que sacarse el Loto.


María José Sánchez
majosanchez@gmail.com

viernes, septiembre 18, 2009

El Clarín, estridente, sonó

“Si no andan prevenidos,
los medios de comunicación los
llevarán a odiar a los oprimidos
y amar a los opresores”

(Malcolm X)


Y a la voz de la Gran Jefa, la derecha corrió. Huyó de un recinto donde la Democracia, Jefa y Señora, se paseaba pletórica, pues el enemigo, aquel que históricamente amparó y creció bajo el poder de los golpistas y asesinos, se batía en retirada. Por un lado, era esperable que el bolsillo de muchos dirigiera sus votos, pero resultó lamentable observar como, sin descaro alguno, se defendían posturas empresariales a capa y espada, que sólo reivindicaban una Ley de la última Dictadura, como si el simple hecho de que fuera un Decreto de Videla, que amparaba monopolios económicos y limitaba las voces del pueblo, no fuese razón más que suficiente para cambiarlo.
Pero hay buenas noticias, muy a pesar de ellos. Hay buenas noticias porque se votó por ideologías, por convicciones. Los que se fugaron amparados bajo el techo de De Narváez, tienen las ideas muy claras: quieren el poder económico para unos pocos que, casualidad, son ellos. Y los que se quedaron a dar el debate, a expresar sus posturas, son los hombres y mujeres que hacen que tengan sentidos estas líneas. No se trata de oficialistas u opositores, me niego a pensar de manera tan simple. Nunca, en ninguna votación de leyes de envergadura como la de Medios de Radiodifusión, la de Flexibilización Laboral, El Decreto 125 sobre las retenciones, etc., hay lugar para votos no positivos. Siempre es igual, se vota en contra o a favor de los pobres. Pueden disfrazarlo como quieran, pero al final de cuentas, es sólo eso lo que importa. Algunos han venido errando el camino, y resulta agradable verlos cada tanto darse una vuelta por la izquierda.
Lo que se logró con esta media sanción, lo que se logrará cuando los senadores la aprueben en unas semanas, es un paso hacia adelante en la senda de la libertad, alejándonos otro paso de la noche más negra de nuestra historia. A aquellos que se arrastraban en la oscuridad hace 30 años, ganando fortunas por mirar para otro lado, por ser funcionales al genocidio, que vivieron cómodos y cobijados todos estos años, deberán empezar a acostumbrarse que a las ideas ahora no se las calla con las botas, sino que se defienden con los votos.

María José Sánchez
Mar del Plata
majosanchez@gmail.com

martes, julio 28, 2009

Viva la diferencia

Este concierto se lo dedico a la

señora Justicia, en honor a las

vacaciones que parece se está tomando”

(V for Vendetta, Larry y Andy Wachowski)


Las obligaciones ideológicas son ineludibles. Podemos dejar de hacer muchas cosas, olvidarnos de otras tantas, pero cuando de Ideas se habla, -creyendo profundamente en ellas, claro-, no pueden esperar. Esas obligaciones las juzga la conciencia... y a mi me gusta dormir tranquila. La responsabilidad que tenemos con aquello en lo que basamos nuestras reflexiones, aquello que pensamos y decimos, no puede ser evadida.

Hoy, al leer las declaraciones de Mario Llambías, titular de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), donde manifiesta su respeto al ex ministro de Economía de la última dictadura, José Alfredo Martínez de Hoz, siento la necesidad de diferenciarme, de decir que no soy ni mejor ni peor que él, pero si afirmar que soy otra cosa, que no soy lo mismo.

Es imposible no ver como ciertos dirigentes rurales cada vez se esfuerzan menos por ocultar sus simpatías y afinidades con momentos siniestros de nuestra historia y con quienes perpetraron un genocidio hace 30 años. No es la primer declaración de este estilo que genera la misma vergüenza y la misma bronca: hemos oído en boca del presidente de la Sociedad Rural Argentina, Hugo Biolcati, frases golpistas que, junto a lo dicho ayer, me niego a dejar pasar de largo, porque podemos oponernos a esos dichos hablando con amigos, compartiendo algún café, pero quienes militamos por la igualdad de oportunidades, por la justicia social y por sostener el sistema democrático, debemos hacer oír nuestro repudio. Porque cuando se expresa respeto hacia alguien como Martínez de Hoz, utilizando los medios de comunicación que se le brindan con generosidad, no sólo se lo hace por ser uno de los fundadores de la Sociedad Rural Argentina, hay mucho más detrás de eso. Algunos, los que cuentan de a millones y lloran los centavos, parece, pueden decir lo que sea, donde sea y cuando apetezcan; otros, da la impresión, los que viven en la desigualdad o la injusticia, sólo tienen derecho a mantener la boca cerrada y la panza vacía.

Sino, todas y todos aquellos miembros de la clase política que digan encuadrarse en los espacios democráticos y progresistas y no condenemos este tipo de expresiones que perjudican no sólo la vida democrática de la República, sino que son ejemplos claros del desprecio con que aún se manejan estos sectores económicos de gran poder, nos convertimos en cómodos encubridores, hacemos del silencio, otra vez, esa herramienta macabra que alguna vez fue, para pasar desapercibidos, para no tener posiciones firmes en momento inciertos, somos aquello que siempre criticamos, somos cómplices.


María José Sánchez

Mar del Plata

majosanchez@gmail.com