lunes, septiembre 26, 2011

Los buitres vuelven




El modismo "pájaro de mal agüero" es una expresión que se refiere a aquellas personas que son anunciadoras de noticias que, en general, no presagian nada bueno. Su origen se remonta a los augures de la antigua Roma: los augures, sacerdotes encargados de averiguar el parecer de los dioses sobre las actividades importantes de los hombres. Su importancia fue tal que los augures llegaron a convertirse en verdaderos árbitros y manipuladores de la política romana. La adivinación de estos augures se basaba principalmente en la observación del vuelo de las aves, y en especial en el de los cuervos y los buitres.
Por analogía, ese concepto ha pasado a nuestro lenguaje coloquial para designar a personas que creemos que influyen negativamente en el devenir de los acontecimientos.
Como en un tren fantasma, en la política argentina, cada tanto aparece –o reaparece- algún figurón de otros tiempos, algún señuelo del pasado inmediato, que se hace presente, siempre, para vaticinar desgracias peores de las que se vivieron mientras ellos mandaban y generaban las desgracias en tiempo real. En estas horas, El ex ministro de Economía, Domingo Felipe Cavallo, volvió a hacerse visible en la prensa con algunas declaraciones que pretenden ser consejos de buen padre, pero que resultan ser, en verdad, pronósticos de adversidades inmediatas, como si él fuera una de esas aves que auguran males.
Como una veterana cocinera algo fuera de práctica, Cavallo nos trae sus viejas recetas, ahora en desuso, señalando que el gobierno debe hacer "ajustes graduales" para evitar que crezca aún más el aumento de precios. Avanzando unas páginas más en su Manual del Buen Amigo del FMI, nos advierte que la Argentina no es ni será ejemplo para la salida de la crisis europea: "La gente seria no le presta atención a esas jactancias”, dice, él, serio y nada jactancioso.
Nos habla desde ese pedestal en que alguna vez lo entronaron los presidentes para los cuales fue ministro de Economía: Carlos Menem y Fernando De La Rúa. Domingo Cavallo, nos habla como nos hablaban en los ’90, como si fuéramos todos chiquillos ignorantes, como si fuéramos actores de reparto en nuestra propia vida, como si no fuéramos capaces de crecer como pueblo, de progresar. Nos habla desde Washington, como si desde allí debieran surgir las soluciones para nuestros problemas, como si alguna vez, el ajuste que el propone como remedio infalible nos hubiera resuelto algún problema.
Los buitres vuelven, cada tanto. Vuelven para hacer sus negocios, porque si cuando tenían el poder nos llevaron a sabiendas, con conciencia plena a la debacle social y financiera, ¿qué vienen a intentar decirnos ahora? ¿Qué aquello que hicieron debe repetirse? Debemos saber interpretar sus señales, no por darle valor a aquella superstición romana, sino para entender que es lo que en verdad buscan.
Debería quedarse en Washington el Señor Ex Ministro, haciendo lo que haga allá en el norte, hablando su poco fluido inglés, porque acá, es español, le entendemos perfectamente lo que dice, y lo que quiere decir, mejor aún.

María José Sánchez
Mar del Plata
majosanchez@gmail.com

jueves, agosto 25, 2011

Las ratas sin barco


“Aquí hay algunos que logran hacerlo,
que encuentran el coraje para
convertirse en monstruos”

Paul Auster (El país de las últimas cosas)


Los horribles, aquellas personas que logran despertar en nosotros sentimientos negativos como desprecio, bronca o asco, cada tanto asoman la cabeza desde la madriguera en la que viven y nos someten a la fea experimentación de alguna de estas sensaciones. Hombres o mujeres pueden lograr estos efectos, aquí las cuestiones de género se quedan afuera. Asoman la cabeza y hablan. Opinan, porque pueden, tienen lugar, y las repercusiones, aunque pueden no ser las buscadas, hacen eco.
Graciela Alfano, a quien no se definir con adjetivos aptos y estéticos, habló. Nos recordó –como si no supiéramos- el rol que ocupó ella en nuestra época más oscura, en nuestra peor y más nefasta noche. Lo hizo con soltura y con la impunidad más abyecta, como si fuera un chiste, una simpleza más de su mente escasa. Pero aquello que dijo y que aclaró y profundizó luego, para despejar dudas, rebotó en la historia y volvió. Rebotó en la memoria y volvió. Sus actuales intenciones me tienen sin cuidado, nunca espero nada de las ratas, sólo asco. Espero que esta manifestación de repulsión no me valga una citación judicial, aunque confío en poder explicarme ante quien sea necesario para decir que personas así, que se creen acompañantes de honor de asesinos y torturadores, no son otra cosa que cómplices. No compro el disfraz mediático, no compro la justificación hasta sexual que le quiso dar a sus dichos. Los cómplices civiles de la dictadura existen, viven entre nosotros y salen por televisión a diario en horarios pico. Son como las ratas que, ya sin barco que abandonar, siguen dando vueltas, circulan produciendo mugre y pestes varias. A mi no me interesa saber que hizo en la alcoba de Massera, me interesa remarcar que allí estaba, cerca de ellos, los peores, y que no se arrepiente de haber estado. Quiero que diga todo lo que sabe, no del color de las sábanas, sino sobre aquellos que se llevaron para nunca devolverlos. Quiero que salga por los canales de noticias, pero no mostrando plumas, sino trayéndonos respuestas. Porque sabe. Ella y otras. Ella y muchos. También quiero que la Justicia sea equitativa, con ella, con todas, con todos.
Alfano juzga desde un panel a decenas de personas que bailan en un caño, eso tampoco forma parte de mis intereses, pero quiero que también le demos a ella la oportunidad de ser juzgada por sus actos, reconocidos públicamente. Que diga la verdad, recuerdo por recuerdo, así la Justicia y la sociedad, desde nuestro propio panel, podemos tomar decisiones que, seguro, serán un tanto más graves que no alcanzar el puntaje necesario para pasar a la siguiente ronda.

María José Sánchez
Mar del Plata
25/08/2011

domingo, abril 24, 2011

Como ofreciendo empleo



“Yo creo que todavía no es demasiado
 tarde para construir una utopía
que nos permita compartir la tierra”
(Gabriel García Márquez)

A lo largo de éstas últimas semanas, hemos sido testigos de una controversia inusual. Un debate confuso, dónde cultura y política se posaban de boca en boca, se mezclaban en conceptos y solían decantarse, cosa triste, en chismeríos. Ocurrió que el escritor peruano Mario Vargas Llosa fue invitado a inaugurar la Feria del Libro en Buenos Aires. Y hubieron quienes sugirieron que no era el más indicado para la apertura de dicho evento, por sus declaraciones, casi siempre agresivas y opositoras a los gobiernos de la región, incluido éste, claro.
Considero no sólo importante, sino imprescindible marcar ciertas cuestiones que resultan decisorias a la hora de emitir una opinión al respecto de esta visita. Resulta imposible hablar de Mario Vargas Llosa sin mencionar si quiera o cuanto menos tener en cuenta, su participación en política y su transmutación ideológica. Podrían hacerse valoraciones meramente literarias sobre su obra, seguro, pero no sobre su persona dejando al margen sus expresiones o su forma de pensar. Esto ocurre por el simple hecho de que es un ser complejo, como todos, con diversas aristas, como todos, y en base a esa heterogeneidad inherente en cada humano, es que podríamos acercarnos a una apreciación completa y razonable.
Esta suerte de amalgama político-literato es inseparable, tanto para escribir, como para hacer política. Es hasta innata o inconsciente, si se quiere una aproximación más psicológica. Entonces, cuando hablamos del arribo de Vargas Llosa a la Feria del Libro, no sólo hablamos de la llegada de un escritor galardonado con diversos premios, sino también, de un ex candidato a presidente del Perú, de un político que, según un proceso que él mismo describe, pasó de “convicciones socialistas a convicciones democráticas y liberales”, como si la democracia fuera antónimo de socialismo. Ataca a los gobiernos que tilda de ‘populistas’ y ‘cortoplacistas’ en Latinoamérica y no apoya a los Estados presentes. Por ende, no estamos hablando de un escribidor con trofeos simplemente.
Ahora bien, es tan significativo analizarlo en su entorno y opinar sobre  Vargas Llosa desde ambos universos, como permitir y aceptar el hecho de que él también tiene el derecho a expresarse de la manera que quiera y pueda. No podemos caer en sólo dejar sonar las voces que nos agradan. Es más, debemos defender esa capacidad de emitir nuestro juicio libremente porque esa es una potestad de la democracia, ésa es una bandera del socialismo, aunque dicho escritor lo crea antagónico.
Tampoco deben obnubilarnos las condecoraciones y creer que quienes las ostentas tienen una palabra impermeable e irreprochable, porque, por citar ejemplos e ilustrar conceptos, las Abuelas de Plaza de Mayo no obtuvieron aún ningún premio Nobel, y Barak Obama ya recibió el de La Paz, mientras bombardea pueblos africanos y mantiene cárceles dónde se tortura por convicción.
Todo se aprende, porque vivimos estudiando, aún cuando no nos lo proponemos, porque la batalla contra la ignorancia no se gana leyendo un libro un día, ni ganando una medalla otro. Todo puede ser asimilado, incluso la tolerancia, esa que permite que nos expresemos en libertad, todos, tanto los que escriben cartas en las que solicitan que se reconsideren ciertas presencias en ciertas Ferias, como aquellos que llegan y dan discursos plagados de lugares comunes, que no cubren las expectativas de aquellos que buscan referentes opositores casi con la misma rusticidad con la que se coloca un aviso en el diario ofreciendo empleo.

María José Sánchez
Mar del Plata

martes, febrero 22, 2011

Las voces de oriente vienen llegando



“Sean siempre capaces de sentir
en los más hondo cualquier injusticia
cometida contra cualquiera en
cualquier parte del mundo”

(Che)

Cierta ambigüedad subyace en todo ser humano, puede llevarnos a modificar criterios de plano o radicalizar posiciones, no por un descarado viraje del destino, sino por esa característica intrínseca en cada individuo. Esto opera de diversas maneras, puede activarse en cualquier momento y ofrecer algo distinto, inesperado, marcar la diferencia y cambiar el mundo.

Las rebeliones populares pueden adaptarse a este patrón. Ya que los oprimidos son abusados durante décadas, siglos, hasta que un día, como cualquier otro, alguien dice basta y desencadena la asimilación de la necesidad de independencia. Ese constante agachar la cabeza se convierte en una frente en alto, que tiene el maravilloso efecto de multiplicarse con repeticiones de vértigo. Ese es el quiebre, esa es la cuña de la liberación. Empieza de a poco y ya no puede detenerse, es el pueblo que, en su nombre propio, habla. 

Estas expresiones surgidas desde una incalculable acumulación de represiones e insatisfacciones permanentes, logran un clima único, conjugan un remolino de acciones que generan solas el momento más oportuno de todos y logran que después de 18 días de revolución caiga un dictador en Egipto, por ejemplo. Es llamativo el efecto que esto produce, no solamente entre los actores directos de semejante cambio, sino en el entorno. Es el eco, la reacción a la acción de autonomía. 

Occidente siempre sobre estima estas variables en oriente, por el simple hecho de que no las comprende. Los sistemas democráticos obtenidos en Latinoamérica después de las sangrientas dictaduras cívico-militares no pueden ser comparados con las necesidades institucionales de Oriente. Una cultura de 2000 años no puede pretender imponerle prácticas políticas a otra de 5000 años. Es hasta una cuestión de cálculo. No necesariamente la democracia interpretada por nosotros será la solución viable en países como Egipto. O Libia. 

Poco a poco aquellos déspotas conocidos por todos aunque apañados por los gobiernos estadounidenses, hayan sido republicanos o demócratas, están siendo interpelados desde sus propias naciones, aquellas que llevan asfixiando décadas. Desde las entrañas de esos pueblos se están gestando las revoluciones que son ejemplos de resistencia contra los Mubarak o los Khadafy, sublevaciones que seguirán sembrándose en las tribus y poblaciones que viven apresadas bajo las sucias suelas de la tiranía, aquella que no sólo mata de bala, de bomba o de hambre, sino que también mata de silencio. Hoy, ahora, esos hombres y mujeres, esos jóvenes, han dicho basta en nombre de todas esas generaciones aplastadas durante siglos, y han gritado con las voces de todos los acallados y han luchado por todos sus muertos y por todos los vivos y por todos los que nacerán, algún día en esas tierras arrasadas y saqueadas por los autócratas locales, siempre sostenidos por presidentes norteamericanos. Esos hombres, mujeres y jóvenes han encontrado su voz, ojalá nada ni nadie vuelva a acallarlos nunca. Ojalá no pierdan esa voz jamás.

sábado, febrero 05, 2011

Caída libre


A estas alturas, en realidad, hay muy pocas ganas de dedicarle tiempo y esfuerzo a las opiniones que cada tanto vierte públicamente la Diputada Elisa Carrió. Hay hasta una sutil resistencia que valoro, al momento de sentarse a tipear estas que pretenden ser apenas unas líneas de opinión y expiación a la indignación que, puntual, llega cada vez que esta legisladora vomita alguno de sus misterios imposibles.
Ahora, sin mediar razones más sólidas que un eterno y desarticulado intento de difamación, resulta que el velorio del ex Presidentes Néstor Kirchner, fue ‘organizado’, no por sus dolientes, como todos los ilusos supusimos todo este tiempo, sino por el famoso grupo artístico Fuerza Bruta. Parece que no le resulta suficiente esa versión astronómica que circuló a su tiempo de que el ataúd sobre el que miles de argentinos lloraron durante horas, estaba vacío, de que el cuerpo de Kirchner no estaba dentro del sarcófago, hasta justificaron el disparate con elaborados cálculos científicos aludiendo que el ex mandatario era “más alto y ahí no entraba”.
Parece que Carrió, una vez más, insulta nuestra inteligencia esperando conseguir con sus ofensivas palabras un rédito político que hoy día dista abismalmente de recobrar. Una persona que consigue entrevistas televisivas o radiales sosteniendo extraños vaticinios que indefectiblemente terminan en un supuesto apocalipsis orquestado por todos los políticos menos ella, no sólo abusa de la imaginación, sino que se ríe de nuestra coherencia y sentido común con cada palabra que, guiño mediante, expresa.
 Me gustaría afirmar que todos sus comentarios siniestros me resbalan, pero algunos logran hacer mella y despertarme la vieja bronca, adormecida después de la última excursión al país de los desquiciados al que ella pretende llevarnos con boleto de ida. Es como si Carrió realmente creyera que puede sostenernos atontados por sus mentiras, es como si cada mañana leyera las desgracias venideras en las tortas negras del desayuno y decidiera revelarnos sus profecías a nosotros, los pobres idiotas que no la votan.
Estas ya aburridas incursiones de la Diputada Carrió en algo así como las ciencias ocultas (ocultas para todos menos para ella, claro), siempre tienen como objetivo dejarnos atemorizados, con una extraña sensación de que hay un complot gestándose permanentemente a nuestro alrededor, de que algo terrible va a pasarnos pronto, ahora están acompañadas por supuestas confabulaciones artístico-funerarias diagramadas por la viuda, algún funcionario y Fuerza Bruta.
Más allá de sobre quién se hacen estas elucubraciones disparatadas, más allá de la intencionalidad política de cada uno de sus dichos, Carrió no debería olvidar cuan caro a nuestros afectos es hablar con tanta liviandad de muertos con cuerpos que no están, de tumbas vacías, de muertos evaporados, de muertos no muertos, de desaparecidos. Cada discurso tiene un doble mensaje, como mínimo, y este doble mensaje, el subliminal, poco tiene que ver con este caso particular del deceso del esposo de la Presidenta. Hay que tener mucho cuidado con las palabras, a veces podemos referirnos a otras cosas que no estaban en nuestros pensamientos al hablar, y otras podemos mencionarlas de plano, sin decirlas.
Tal vez ahora empiece a circular el rumor de que Néstor Kirchner se burla de toda esta charada viendo la televisión desde la misma isla que habita Elvis Presley desde hace años, junto con -todo es posible es este universo de estupidez- Rodrigo. Tal vez las tostadas con manteca le pasarán pronto esta información. Pero lo que es cierto, lo que resuma toda esta pantomima de campaña política que ha iniciado la ahora y siempre pre candidata a la Presidencia de la Nación, Dra. Elisa Carrió, es que ha tenido que apelar a todo a esta altura de su debacle, ya que es tonto suponer que con esos dichos le falta el respeto sólo a los familiares y que todos aquellos que acudieron de buena voluntad al funeral o todos los que allí quisieron estar pero no pudieron llegar, no se sentirán dolidos con su perorata disparatada.
Por lo pronto, sólo queda un mensaje claro y simple para enviarle y consiste en avisar que las caídas libres son así, Elisa, no hay red abajo, nada ni nadie amortiguará el seguro impacto destructor y definitivo que te darás en tierra. Eso, que no es predicción, ni promesa, sino elemental lógica, quizá, no resulte necesario buscarlo en ningún oráculo agorero, porque ese inevitable y cada día más cercano final, Elisa, vos ya lo conocés.

María José Sánchez
majosanchez@gmail.com

lunes, enero 10, 2011

Y hacer pito catalán a la muerte



“Sin embargo estoy aquí,
resucitando”

(La Cigarra, María Elena Walsh)

A veces, las noches son hermosas, las estrelladas, esas que dan ganas de salir a dar una vuelta, contemplar el mar, ver amigos, charlar, reír, reír mientras se pueda. Esas noches pueden ser hermosas no sólo porque la temperatura ayuda, o porque las nubes han decidido ir a ensombrecer otros cielos, sino porque alguien nos deja, alguien hermoso. Y la lluvia no aparece como símbolo del seguro llanto que provocará evocarla, y el viento no surge, corrosivo, para llevarse los recuerdos, porque hoy, los recuerdos, han sido todos felices.
Las despedidas imposibles, no son las que no queremos hacer, sino, simplemente, las que no podríamos hacer nunca. Y está bien que así sea. Si, la infancia ya había quedado lejos antes, cuando la vida se descubría no siendo lo que se esperaba que sea. Cando la infancia iba haciéndose cada vez más inalcanzable, cuando las memorias de los primeros años se empañaban, como si fueran vivencias de otro, pero, aún así, a veces sin saber como, seguíamos cantando.
Cada día, algunos más, otros, -afortunados-, menos, nos matan, nos matamos, nos morimos solos, tantas veces y, después de todo, seguimos cantando, porque en el fondo, aunque las capas pérfidas de las décadas en su afán de ir siempre hacia delante quieran robarlo todo, al fin y al cabo, lo único que queremos es tiempo, pero tiempo no apurado, sino tiempo de jugar, que es el mejor.
No pedimos mucho, y parece depender de nosotros, sólo tenemos que creerle a María Elena, que siempre nos dijo que a la hora del naufragio y de la oscuridad, alguien te rescatará, para seguir cantando... y hacer pito catalán a la muerte, porque aunque, otra vez, nos arranca un pedacito y se lo lleva, todavía podemos, todavía... eso: seguimos cantando.
La verdad es que está hermoso para salir, salir y dar una vuelta, salir y brindar por María Elena Walsh, y por los niños que alguna vez fuimos, los niños que ella eternizó dentro nuestro. Todos somos sobrevivientes que vuelven de alguna guerra, pero la esperanza que habita en sus canciones nos obliga a buscarnos, aunque sepamos que no necesariamente nos hará feliz lo que encontremos, busquemos más, busquemos bien, todos fuimos hermosos aunque sea un rato a los 9 años.
Y ése nosotros, el que está todavía ahí, esperándonos para contarnos un sueño lindo, como la risa de un bebé, ésos que fuimos, así como la esperanza y las ideas, a diferencia nuestro, no morirán jamás.

María José Sánchez
Mar del Plata

viernes, noviembre 26, 2010

Los hippies violentos, existen

“Cuanto más se prolongue la violencia, (...)
se crea una tradición de violencia y
los hombres aceptan escalas de valores,
de acuerdo con las cuales los actos de violencia
 se computan como hechos heroicos o virtuosos.”
(Aldous Huxley)

La dinámica natural de los días, sumado al sinfín de noticias con las que somos bombardeados todo el tiempo, hace que nos perdamos algunos detalles de la realidad en la que se vive. A veces se nos escapan datos de cuidado o leemos tan rápido que no hacemos a tiempo de observar entre líneas.
El martes pasado, en una columna del diario La Nación, Rolando Hanglin, hizo pública una forma de pensar las relaciones de poder entre hombres y mujeres. Él se cuida de aclarar que ésa no es violencia de género, sino que cuando un hombre “desea expresar un sentimiento, la puede (a la mujer) zamarrear o abofetear: nunca con intención de ocasionar una herida física”. Ése es el momento exacto en que debe encenderse un alerta gigante: estamos en presencia de apología a la violencia de género, lisa y llanamente.
            Resulta llamativo como se disfrazan algunos a veces, se hacen llamar hippies, se dicen progres, desvirtuando obscenamente el término. Detrás de esta pose casi liberal, se esconde y espera agazapado alguien que no sólo avala que las mujeres sean golpeadas y expongan sus mejillas en pos de lograr que el hombre pueda evacuar “la erupción de una emoción inevitable”, sino que, además, alienta al lector a vivir semejante experiencia: “El que no vivió estas circunstancias, se lo pierde: en ocasiones, las palabras no alcanzan para descargar un sentimiento, de manera que los bifes vuelan, y suelen volar de ida y vuelta”
            Justo ayer, dos días después de dicha columna, fue el Día Internacional de la violencia de Género, con todo lo que ello conlleva: violencia doméstica, laboral y hasta trata de personas. Hay violencias naturalizadas, difíciles de erradicar, porque se convierten en la normalidad. Leer estos pensamientos, estos comentarios, en este caso en diarios de tirada nacional, jamás debe transformarse en algo cotidiano, nunca debemos dejarlo pasar como un pequeño detalle, porque son loas al maltrato, ponderaciones a la intimidación, al terror que miles de mujeres sufre día tras día.
            ¿Sabrá Hanglin que después de esa primer cachetada tan chic que él promueve a degustar, muchas, muchísimas veces sigue otra y otra y más golpes y vejaciones y hasta la muerte? Sí. Hanglin sabe.
            De nosotros depende denunciar estas cuestiones que indignan, ponerlos en evidencia, hace conocer como piensan y quienes son. Está en nuestras manos, en las manos de nuestra sociedad tomar esa decisión, si no nos oponemos a ésto y callamos estas situaciones, dejándolas pasar como si esas bofetadas no dolieran, como si muchas veces no se multiplicaran hasta el pánico, seremos tan cobardes como ellos, seremos cómplices de estos promotores de la violencia.

María José Sánchez
majosanchez@gmail.com

jueves, noviembre 18, 2010

Los golpes de la política


 
Eventos pugilísticos en el Congreso, eran los de antes, como cuando en 1917, en el recinto, el Diputado Radical Oyhanarte le tiró una carpeta al Socialista Juan B. Justo en un frustrado intento por silenciar sus palabras, el problema fue cuando erró el tiro, golpeó a otro Diputado, y una sucesión de hechos bochornosos terminó en trifulca.
Las escenas dignas de un Ring que hemos visto en las últimas horas, están malinterpretadas. La Diputada Camaño no dedica las horas de ocio a practicar boxeo, ni Kunkel dedica su tiempo libre a hacer de puching ball. Lo que aquí sucedió, no se debió a la efervescencia producto de una discusión acalorada, o a la impulsividad de la Diputada, o a la falta de reflejos del Diputado Kunkel, sino que ésto fue una certera desviación del eje de la discusión, y muy efectiva, por cierto.
Hasta ese momento, se estaban discutiendo cosas muchos más importantes y de mayor envergadura que un cachetazo sorpresivo. Se estaban discutiendo las supuestas presiones recibidas en la última sesión sobre el Presupuesto 2011 por la ultrarreligiosa Diputada Cyntia Hotton, es más, se estaba por proceder a la votación sobre ese tema y la oposición tenía algo claro: perdía esa contienda. Ese ya famoso bofetón, logró obturar que la mayoría de los Diputados presentes en la Comisión de Asuntos Constitucionales (que la Diputada ‘propinante’ preside) manifestara su vocación de que las denuncias fueran desestimadas por falta de pruebas y pasaran a archivo.
En pocas palabras, Graciela Camaño, se inmoló al mejor estilo Bonzo y se llevó en sus espaldas todo el peso del escándalo, pero logró su cometido original: evitar esa votación. A todo esto, surgen quienes se burlan de estos hechos de pugilato, quienes se indignan por ellos y hasta quienes los justifican. Ahora bien, la oposición durante todo el debate el la Cámara de Diputados y hasta en dicha comisión, adujo en reiteradas oportunidades que el oficialismo  ‘no quería discutir el Presupuesto’, resulta cuando menos llamativo como esa misma oposición zanja las diluciones cuando no las puede ganar.
Pero algo resulta aún más inquietante, si éste es el sistema que algunos que pretenden ser gobierno (otra vez) atinan utilizar para resolver los conflictos y, por sobre todas las cosas, si la violencia explícita es la carta a jugar en situaciones donde las discusiones se pierden, entonces es hora de ir a los botes salvavidas, con premura, porque nos ha tapado, finalmente, el agua. Y aquí no pierden sólo los Diputados o la política, sino que perdemos todos.

María José Sánchez
majosanchez@gmail.com

lunes, noviembre 08, 2010

Los de antes, los de ahora, los de siempre



"Ser joven y no ser
revolucionario
es una contradicción
hasta biológica"

(Salvador Allende)


Los jóvenes que hemos asistido a la escuela durante la década de los ’90 y participamos de alguna manera en política, trabajando por una sociedad más justa e igualitaria, podría decirse que conformamos un hermoso grupo de bichos raros. Hemos sido criados educativamente en pleno neoliberalismo, cuando no se hacía una Ley de Medios o un Ingreso Universal, sino se privatizaba Aerolíneas o YPF. Cuando no se enjuiciaban a los genocidas responsables de la dictadura, por el contrario, se los indultaba. Cuando lo importante no era buscar a los nietos que nos faltan, sino ver al Presidente jugar al Básquet por cadena nacional, así, con su ritmo cadencioso.
Sería un grosero error de miopía política decir que en la década menemista no se hizo nada por motivar la participación de los adolescentes y los jóvenes en la sociedad y más aún, en la política. Pues todo lo contrario. Durante ese período se hicieron grandes esfuerzos por alejarnos de la realidad en la que vivíamos, intentando hacernos creer que Mar del Plata era Miami, que no había nada mejor que lo que venía del Norte, o que éramos superiores y muy distintos que el resto de Latinoamérica. La frivolidad, la peligrosa desinformación, a la orden del día.
Algunos, que se han criado así, aprendieron bien y asimilaron esas recetas separatistas, esas prédicas de lo banal como forma de vida. Otros, no. Otros ya venían resistiendo desde antes y nos contaban a los que no llegábamos a los 20 antes del 2000 que así no era, que había que leer, que había que prestar atención, nos decían con su aguante, que la ignorancia política es la peor, sobre todo si es consciente y voluntaria. Muchos entendimos que la única manera de cambiar aquello que se considera malo en el tiempo que te toca en suerte, es involucrarte, es usar ese fervor propio de la juventud para ver todo, oír todo y sacar las conclusiones propias y así poder decir todo lo que se piensa con la convicción que sólo puede dar saber realmente algo y creer realmente en algo.
Tal vez, diez o doce años después, la participación es más natural, menos extraña, aunque muchos descubren a los jóvenes con asombro ahora. Es notorio que las condiciones actuales del país propician la multiplicación de militantes, tanto por lo que se ha avanzado, como por lo que falta hacer. Pero durante mucho tiempo hicieron todo lo que estuvo a su alcance para desacreditar a la política como herramienta transformadora de la realidad. Trabajaron duro, en serio. Usaron otras estrategias, no te desaparecían físicamente, pero tenían el mismo fin: sacarnos de en medio, eliminar la pasión, la fuerza, el ímpetu y por sobre todas las cosas, las ideas.
Pero no lograron tan amañado y siniestro objetivo y aquí estamos, como hace más de 30 años, como hace diez, como estaremos mañana, los jóvenes militantes, los de antes, los de ahora, los de siempre.

María José Sánchez
Majosanchez@gmail.com

miércoles, octubre 06, 2010

Los Desimaginadores


             Hay que estar preparado para ver y escuchar cualquier cosa. A estas alturas, la sensación de sorpresa, ha de ser algo tan ajeno a nosotros que parece hasta natural no inmutarse ante las cuestiones más descabelladas. Ahora resulta que hay quienes planean boicotear un mandato constitucional, como El Censo Nacional de población hogares y viviendas que, entre muchas otras cosas, se realiza para determinar la cantidad de representantes de los ciudadanos en el Congreso Nacional y las legislaturas provinciales y municipales. Como especifican los Art.: 45 y 47 de nuestra Constitución Nacional, el censo debe llevarse a cabo cada 10 años, en los años terminados en 0, conforme a las pautas establecidas por la ONU, a la cual este año adhieren alrededor de 60 países, además de la Argentina, claro.
            Debemos tener presente, como en el último Censo que se hizo un año después de lo debido, durante la presidencia de De La Rúa, que la implementación de éstos se encuentra descentralizada, quienes se encargan de llevarlo a cabo son las respectivas provincias a través de las Direcciones Provinciales de Estadística, donde los datos que se recavan constituyen un insumo fundamental para la implementación de las políticas públicas de los próximos períodos de gobierno.
            Ahora, los fomentadores del miedo, los desestabilizadores, los que sólo atinan a promover el caos, no sólo porque eso se proponen, sino también porque eso es lo único que han demostrado saber hacer, esos, los de siempre, intentan causar un boicot al Censo 2010. No asombra, porque no es original. Son los mismos que rogaban que la Selección de Fútbol no saliera Campeón del Mundo en junio pasado, para que no lo capitalice el Gobierno actual. Son los que se ponen felices cuando el pueblo es infeliz. Pero no extraña, porque no es nuevo. Son los desimaginadores, que ya no saben como hacer para volver a los lugares donde ellos se sentían cómodos, allá arriba, comiendo pizza con Champang, andando en Ferrari, diciendo que algún día nos iba a llegar el derrame a los que nos toca estar abajo, siempre.
            Ya aprendimos a reconocerlos en estas jugadas, y en otras tantas. Por eso, atendamos al censista con los recaudos del caso, como es pertinente, como los atendimos hace 10 años, hace 20, como los atenderemos dentro de una década, y no caigamos en las trampas burdas que nos tienden aquellos a los que les conviene sembrar dudas y temor, que son, ni más ni menos, quienes quieren hacernos vivir en la ignorancia.

María José Sánchez
majosanchez@gmail.com

jueves, septiembre 09, 2010

Las peores contradicciones

            Siempre, al estar día tras día trabajando problemáticas que imponen cada una de ellas su importancia a través de su diversidad, surgen otros temas que se presentan e irrumpen con la fuerza de lo urgente, de lo que no puede esperar más. Esos son, justamente, los ejes que deben sustraernos y colocarnos en el lugar que debemos estar, predispuestos a ofrecer una labor rápida y clara que apunte a su solución. 

            Hoy, no sólo estamos hablando de las temáticas tradicionales que afectan a los vecinos de General Pueyrredon, aquellas que merecen una acción permanente, no estamos refiriéndonos a baches que dificultan la vida cotidiana, a la ausencia de iluminación que corroe la seguridad en los barrios, no. Hoy estamos hablando de la Trata de Personas, del abuso, de la humillación, la vejación y la tortura. 
            Podemos suponer que desde el ejecutivo comunal tienen alguna especie de orden de prioridades, que, claro, no es el nuestro. Pero indigna saber que en ese presumible escalafón no se encuentra éste tema. Aquí estamos hablando del negocio con seres humanos, acá estamos refiriéndonos a que está en juego la vida.

            Por estas horas, el ejecutivo, a cargo del Intendente Pulti, presentó un proyecto de habilitación por excepción de un local céntrico con el uso de “Café-Bar Nocturno”, el cual ya había sido allanado hace meses en el marco de una causa judicial de trata de personas que se tramita en la Justicia Federal. Luego, ante el repudio generalizado de quienes se esfuerzan todos los días para terminar con este flagelo, lo retiró por ‘cuestiones administrativas’.

            Que contradicciones tan nocivas nos plantean a veces los que, desde el municipio, dirigen los destinos de Mar del Plata y Batan. ¿En cuántos medios necesita salir el Intendente diciendo que se ocupa de este tema, para que le creamos? En ninguno. No hace falta. Lo único que resulta imprescindible es que accione las políticas adecuadas para batallar contra este mercado de explotación sexual, donde intentar habilitar un comercio allanado, existiendo una ordenanza que establece la baja de la habilitación en aquellos casos donde se “verifique, constate o sospeche esta problemática”, resulta, cuando menos, un salto hacia atrás en la lucha contra la esclavitud sexual y una demostración cabal de las falencias de éste gobierno.

María José Sánchez
majosanchez@gmail.com

jueves, junio 24, 2010

Bariló Bariló

“La muerte de cualquier hombre me disminuye
porque estoy ligado a la humanidad; por
consiguiente nunca hagas preguntar por
quién doblan las campanas: doblan por ti”

(John Donne)

    Pasamos a octavos de final. Todo un país palpitando el gol de Palermo, la clasificación. El fútbol proporciona esas cosas, logra equiparar a ricos y pobres en un mismo grito, los puede unir en la alegría. Todos juntos festejando. También logra que tengamos la mirada puesta en otro lado, sabemos que pasa a miles de kilómetros en Sudáfrica, conocemos cada detalle de los entrenamientos de nuestra selección, pero como tenemos la atención tan desviada, ni nos percatamos de que Diego Bonefoi no gritó ningún gol. Diego era un chico de 15 años. Diego era un chico de apenas 15 años que vivía en Bariloche. Diego era. El cabo Sergio Colombil de la Policía de Río Negro se llevó la vida de Diego al dispararle por la espalda, en la nuca. Balas de plomo a menos de 3 metros: fusilamiento. 

    Otra vez una Copa del Mundo nos aleja la realidad y nos distorsiona la verdad. Claro que no es culpa del fútbol, el Mundial es sólo una excusa inmejorable para que en los medios nacionales no se le de el espacio que necesita y merece este tema. Otros dos jóvenes fueron muertos por tiros de 9 milímetros en la represión policial que se produjo en el barrio donde Diego vivía, durante la protesta frente a la comisaría 28, ubicada justo a media cuadra de su casa.

    En el sur argentino se reprime y no es de ahora, a Carlos Fuentealba le destrozó la cabeza un cartucho de gas lacrimógeno en 2007, cómo si fuéramos a olvidarnos. Cómo si pudiéramos olvidarnos. Lo que pasa en Bariloche va a seguir pasando, hay muchos intereses en juego como para que no pase. Zonas que las autoridades locales y provinciales liberan a una policía salvaje y asesina para que las ‘controle’. 
    Ahora, no ha de asombrarnos que estos hechos de violencia ocurran en los barrios de Bariloche que presentan mayores carencias sociales. La represión es la vieja fórmula. Los chicos que fueron presos, maltratados y golpeados reclaman por estas horas, desde esos barrios sitiados, que no miremos para otro lado.

    Gritemos los goles, cantemos, alegrémonos con los triunfos, alentemos, pero tengamos la misma convicción y la misma fuerza para pedir justicia por ellos.

María José Sánchez

martes, mayo 18, 2010

Ni drogas ni bingo: educación, salud y comida.



“La forma en que la gran masa
de los pobres son tratados por
 la sociedad moderna es
verdaderamente escandalosa”
(Friedrich Engels)

Escribir algo acerca de esto algunos días después no pierde vigencia. Este señor ha demostrado que ciertas formas de pensar, ciertos comentarios filo fascistas siguen tan vigentes como siempre, así que no me apresuré en expresar lo que tengo ganas de decir, me tomé un tiempo para obtener cierta perspectiva y no escribir desde la bronca más fresca.
Las últimas declaraciones del Senador Ernesto Sanz, han ocasionado múltiples réplicas, desde diversos sectores de la política nacional. Sus dichos nos recuerdan cuán distantes del pueblo se encuentran muchos hombres y mujeres que, en representación de quienes los votaron, dirigen los destinos de nuestro país. Decir con toda la boca que  “Por la Asignación Universal por Hijo aumentaron el consumo de droga y el juego”, es estar de espaldas a una realidad que no necesita datos cuestionables provenientes del Indec, sino que puede palparse en las escuelas públicas, en el consumo en variadas áreas y, si este señor se animara, hablando con aquellos que reciben mes a mes dicha asignación.
Sanz está tan en las antípodas del pueblo necesitado, que diciendo esto, no sólo incurre en una falsedad, sino que pretende humillar una vez más a los sectores más desprotegidos, como si los pobres, por ser pobres, no supieran que hacer con un dinero que el Estado, cumpliendo con su obligación, proporciona por hijo vacunado y escolarizado a los padres, ya sean trabajadores en negro, desocupados, empleadas domésticas, o sub ocupados, es decir, a los argentinos que más lo precisan. Esto no es un ataque al gobierno actual, estas declaraciones son en sí mismas una aberración porque surgen desde su forma de pensar y de sentir la realidad, no se confunde cuando lo dice, no está sacado de contexto, lo dijo, porque así es como él piensa.
Como si fuera poco, agrega: “No se trata de estigmatizar a ningún sector social”. Por favor, faltaba más. Él propone volver a la Teoría del derrame de los ’90: propone que las ventajas del crecimiento económico de los sectores que en la actualidad general la riqueza, caiga dadivosamente sobre el resto de la sociedad que se encuentra al margen de la producción de dichos ingresos. Eso ya lo vivimos muchas veces y demostró que funciona muy bien para los sectores concentrados, los monopolios económicos, pero no para el resto de los habitantes de la nación que, por supuesto, somos inmensa mayoría. Esta asignación universal, por el contrario, promueve algo inversamente proporcional a esa teoría nefasta: los ingresos provienen desde abajo, desde los sectores más postergados y comienza a derramarse hacia arriba, traduciéndose en consumo en diversas áreas, según el Conicet, por ejemplo industria alimentaria (los pobres comen Sanz), textil (los pobres se visten Sanz), juguetes (los pobres cobran esta asignación porque tienen hijos que juegan Sanz, como los hijos de los ricos), comercio y otras actividades diversas que, debemos aclararle al senador, nos son el consumo de Paco y las Maquinitas.

María José Sánchez





jueves, mayo 06, 2010

Sólo con mirar hacia el costado

“Justicia, igualdad y libertad
son algo más que palabras,
son perspectivas”

(V de Vendetta)

        Cuando somos chicos, nunca nos llegamos a imaginar cuan difícil puede llegar a ser crecer. Aunque nos expliquen, sólo la experiencia de ir viviendo la vida nos demuestra lo arduo y trabajoso que es simplemente seguir, moverse hacia adelante. Porque crecer, es eso, avanzar. El individuo crece hasta por cuestiones biológicas, crece siempre, aprende a veces. También pueden crecer las sociedades o sectores de ella, pero este es un proceso más lento y complejo por la pluralidad de su composición. Las sociedades pueden estancarse en ese crecimiento durante mucho tiempo y hasta, a veces, pueden retroceder. Aunque hay otras oportunidades en que dan un salto hacia adelante. Se catapultan hacia lo que deberían ser. 

        Estamos viviendo la historia, es una gran época para ser parte de ésta sociedad, es un gran momento de modificaciones a temas trascendentales que nos llenaban de vergüenza e impotencia. Porque las voces, en su pluralidad, tendrán una Ley de Medios que las respalde, aunque a muchos les de urticaria. Porque las amas de casa ya no deben explicar que lo que hacen en sus casas, no es nada más ni nada menos que trabajar y que por ello son jubilables. Porque los bebes que nazcan a partir de ahora, tendrán un Estado que cumplirá con su deber, porque sus padres, aunque sean desocupados o trabajadores en negro, tendrán, al menos, una mínima tranquilidad en el banco, todos los meses. Porque los asesinos, los torturadores y apropiadores, ya viejos y patéticos, deben estar enterándose que la impunidad que los mantenía cobijados y calentitos, terminó y que sus últimos años, son para la justicia. Porque los nietos que no saben o que no quieren saber, van a ser encontrados, porque nunca vamos a dejar de buscarlos. 

        Son momentos en los cuales empiezan a haber leyes que, de a poco, nos están incluyendo a todos. Una amplia porción de esta sociedad está dando debates merecidos, buscando soluciones necesarias, desde diversos sectores políticos. Estamos reparando décadas de discriminaciones y abusos, décadas de hipocresías y bajezas y falta aún mucho más. Las personas del mismo sexo, si así lo quieren, podrán casarse. No porque necesiten de un papel para quererse, no porque necesiten que el gobierno o los diputados los autoricen a formar pareja, a convivir, a vivir sus vidas plenas sin esconderse. No. Éste es un cambio fundamental porque ahora el Estado y las leyes no harán más diferencias, no segregarán a unos y ampararán a otros por su condición sexual, aunque a muchos, todavía, les cueste comprender que Igualdad, no significa que somos todos iguales, sino que todos debemos tener las mismas oportunidades. 

        Entonces, es una gran época, porque son cambios que se motorizan desde sectores de esta sociedad. La historia ha de hacerse así, creciendo, avanzando y retrocediendo, para que cuando nos toque mirarla desde lejos y la memoria juzgue nuestros actos de hoy, lo que veamos nos depare sonrisas y si hay alguna lágrima, que sea de dicha. Ahora nos toca a nosotros, los habitantes de este pueblo y de este tiempo, mirar hacia adelante, sin volver a mirar a nadie por encima del hombro, pudiendo, de a poco, reconocernos en el otro, aceptarlo  como es, sólo con mirar hacia el costado.

María José Sánchez

Foto: Javier Fuentes

miércoles, marzo 03, 2010

El proveedor de iniquidades


La rebotadora pelota del oportunismo político dio un nuevo pique para el lado de la vergüenza: el 'salvador' de la oposición es Carlos Saúl Menem. Hay que escribirlo letra por letra para intentar creerlo. Ése, el infame neoliberal que nos robó todo lo que pudo, que mató de hambre al pueblo, que subastó al mejor postor los bienes nacionales, que logró dejar fuera de la escuela a miles de chicos, que nos hundió en la peor indigencia mientras jugaba al fútbol y se daba dos besiños con Xuxa por cadena nacional. Ése. El proveedor de iniquidades.

En busca de estas mayorías, circunstanciales, como todas las mayorías, han demostrado, tanto en Diputados como ahora en el Senado, carecer de dignidad. A nosotros, a los que nos revuelven el estómago y nos condenan al asco, ni siquiera nos dejan el asombro, porque no es la primera vez que escupen la memoria y la pisotean, no es la primera vez que insultan nuestra inteligencia y ensayan explicaciones que lejos están de lograr convencernos de algo más que no sea que lo único que saben hacer es negociar con las necesidades de los que menos tienen, atribuyéndose ideales que no practican.

Pedimos un poco de honestidad, un poco de decencia, pedimos demasiado. Disfrazados de creadores de alternativas centroizquierdistas, escondidos detrás de la careta del progresismo, ven la paja en el ojo ajeno mientras las vigas en los propios están por dejarlos ciegos. Es innegable todo lo que falta por hacer, nadie desmiente ciertos errores oficiales, pero no se necesita claridad meridiana para saber que éste no es el camino, que así no se avanza, que de esta manera lo único que se logra y con creces, es facilitar que la derecha argentina se reagrupe, contando con estos obsecuentes que le allanan el camino y demuestran, destruyendo, la incapacidad que tienen para construir.

María José Sánchez

lunes, diciembre 14, 2009

Si ladran, vamos bien





“Los amigos del barrio pueden desaparecer,
pero los dinosaurios van a desaparecer.”


(Charly García)




    Ya no asombran a nadie. Indignan, enfurecen, entristecen un poco, pero ya no causan asombro. Llevan tantas décadas de lo mismo, que hay que estar muy distraído para no reconocerlos al instante. Hay épocas en que se camuflan bien, hasta logran mimetizarse con el entorno. Hay otros momentos, por el contrario, que se revuelven y se arrastran y debaten en el barro, y son tan llamativos, que es difícil no notarlos.


    Acá están, otra vez. No porque volvieron, sino porque nunca se fueron. Los que nadaron en las negras aguas de la impunidad por tanto tiempo son así, creen que pueden seguir siendo impunes por siempre. Error. Grave error. La cobardía que movilizó antaño sus actos oscuros, obra nuevamente, ahora algunos hasta se animan a dar la cara. Hay que reconocer semejante gesto de bravura. No cualquiera pide un descabezamiento de autoridades democráticas a voz en cuello en estos días. Hay que tener muy claro los principios que mueven la necesidad de ver sangre en la plaza pública, hay que ser muy fascista para sostener semejante afirmación. Insisto, no cualquiera.


    Ahora, hay que saber entenderlos, les vienen pegando abajo. Cárcel común, perpetua y efectiva... juicios al ángel más negro de todos... hasta les bajaron el cuadrito de Jorge Rafael. Y los bolsillos, si los bolsillos pudieran hablar.... seguramente dirían cosas un poco extrañas, referidas a esposas de caballos o a los animalitos que viven en el mar, como si planearan salir de caza. Es que están tan alborotados que dicen cualquier cosa, están tan escandalizados que hasta nombran a Posse como Ministro de Educación, será para ver si con eso 'aprendemos'.


    Épocas como éstas obligan a pronunciarse. Yo, que no soy yegua ni pescado, siento la necesidad de decir que no se trata de adhesiones partidarias, o de cuan simpática me cae una medida o cuanto desacuerdo con alguna ley. Hoy, ahora, se trata de levantarse firmes ante semejante embate de lo peor de todos los tiempos, de los asesinos, de los apropiadores, de los torturadores, de los que destruyeron el tejido social de este país, para amasarlo y manejarlo a sus propios antojos durante tanto tiempo. Si por las mezquindades que genera hablar desde el oficialismo o desde la oposición, caemos en lo peor que puede hacer un pueblo: no aprender de sus errores y damos un paso atrás, mereceremos semejante derrumbe. Y si las Madres, Las Abuelas y los Hijos no lo dieron, nosotros tampoco.


María José Sánchez

lunes, noviembre 16, 2009

Otro transporte es posible, porque otra forma de gobernar es imprescindible




Quiero compartir algo contigo Bart:
Tres pequeñas frases que te
ayudarán a lo largo de tu vida:
1- ¡Cúbreme!, 2- ¡Buena idea Jefe!,
3- Estaba así cuando llegué.”
(Homero Simpson)




  Estudios recientes confirman las sospechas: la absorción de calcetines de manera descontrolada, resulta nocivo para la memoria. Quedó científicamente demostrado, ya no puede haber dudas al respecto. Lo que en estos momento asusta más a los médicos, es que el perjuicio que causa en los recuerdos, puede ser potenciado si el sujeto en cuestión incursiona en la política.

    En estas horas hemos podido leer declaraciones que, lamentable, ratifican estos temores. Un concejal del oficialismo local, ha hecho declaraciones atípicas y llamativas, que evidenciarían los peores pronósticos para su salud. Acusaciones a otro concejal -socialista, opositor- cuando éste manifestó su preocupación por la seguridad de los choferes de colectivos, en el supuesto caso de que se coloque el sistema de cobro del boleto mediante las famosas monederas, confunde a la opinión pública. Lo bueno es que ante esta enfermedad, hemos descubierto un antídoto: mantenerse firme y no abandonar las ideas originales, esas que hacen que ciertos concejales de la oposición -socialistas- nunca hayan votado un aumento del boleto y hayan propuesto -sin éxito- otro sistema de transporte posible, integrado, económico y más seguro. El efecto olvido oficia de culpable: cuando los choferes manejaban dinero a bordo, sufrieron infinidad de robos (al igual que los pasajeros) y torturas físicas por unos pocos pesos.

    Los actores políticos marplatenses que no utilizamos la genuflexión como práctica militante, estamos a salvo de éste nuevo flagelo. Es por ello que recordamos el asesinato de Angel Pedro Martínez, viudo, de apenas 34 años, con hijos, en Noviembre del 2005, por un ingrato botín de apenas $17. No es demagogia, es simple memoria.

    Ahora bien, si los que creemos en la política como medio de transformación de la realidad, los que trabajamos todos los días para mejorarle la calidad de vida a los vecinos, no alzamos nuestra voz cuando vemos como se pretende instalar un sistema de cobro del boleto ya obsoleto, perimido y descartado por muchas ciudades importantes del país, tanto por los riesgos obvios de transportar dinero a bordo, como por el hecho fáctico de que no hay monedas, de que ese esquema favorece el no-control, de que es un evidente retroceso y por sobre todas las cosas, que pone en peligro nada más y nada menos que la vida de los trabajadores, entonces, o hemos equivocado nuestro camino, o tenemos una sobredosis de medias del Jefe atoradas en la garganta.


María José Sánchez