La batalla mediática en
Argentina no tiene tregua, ni la tendrá. Para el Grupo Clarín, corporación
mediática atrincherada en la oposición más violenta al gobierno nacional,
cualquier tema es bueno, si permite elaborar una operación que empañe a algún
funcionario, salpique a algún grupo de militantes, o genere, cuanto menos, un
par de días de titulares en los diarios o zócalos en los canales de noticias que
maneja ese grupo.
Así también el Gobierno Nacional difunde y amplifica todo
lo que pueda dañar a al multimedios, a su dueña Ernestina Herrera de Noble,
señalada como partícipe de la dictadura y apropiadora de niños, y su CEO,
Héctor Magnetto, vínculo civil de los genocidas.
Esta guerra sin cuartel ha tenido sus momentos claves,
con la Ley de
Medios Audiovisuales, por ejemplo. El diario Clarín ha difamado a todo aquel
que ha podido y ha elaborado controversiales operaciones que, en la mayoría de
los casos, resultan difíciles de probar. Es común que estas explosiones
mediáticas cuenten con la compañía del Diario la Nación, también opositor,
que suele pisar en la huella que deja el Grupo Clarín cuando avanza con sus
noticias.
Dicen que para demostrar que se entiende el problema, es
bueno poner un ejemplo. Entonces eso haré, en vez de opinar sobre quien o
quienes portan la verdad como estandarte, porque es eso, justamente, lo que no
quiero hacer, prefiero que los lectores saquen sus propias conclusiones, ya que
esa es la mejor forma de asimilar la información, sino es mera imposición.
El ejemplo llega de la mano de algo
que está ocurriendo en estos días. Resulta que una agrupación política afín al
Gobierno nacional, llamada Vatayón Militante, realiza, desde hace tiempo,
actividades culturales dentro de las cárceles
de Villa Devoto, Marcos Paz y Ezeiza. Además, mediante un operativo coordinado
en conjunto con el Servicio penitenciario Federal, hicieron una actividad
en un local en la ciudad de Buenos Aires, donde ingresaron las personas
privadas de su libertad junto a todos aquellos que quisieron participar, puesto
que el evento era público y gratuito. Se dividieron en grupos para realizar
actividades culturales, vigilados por guardias, cada sector tenía cinco de
ellos. El ‘Vatayón’ no decide que presos asisten, eso lo resuelve en primer
lugar el interno que se anota en el evento, “y luego debe ser autorizado por
cada juez en particular, de cada juzgado en especial, analizando cada caso
específico y el juez es quien firma esa salida transitoria, que es parte del
derecho de la persona privada de su libertad”, según afirman en un comunicado difundido
por la agrupación luego de la denuncia hecha por Clarín.
Aquí es probable que el lector ya se haya dado cuenta de qué tipo de
denuncia realizó el multimedios anteriormente mencionado, si pensó en que el diario
tituló “Militancia todo terreno: sacan
presos de la cárcel para actos del kirchnerismo”, acertó. Cuando se
enteraron de las actividades que este grupo militante kirchnerista realizaba
subieron videos, fotos (que, vale aclarar, fueron publicadas por la agrupación
militante oportunamente) y notas referidas a ese tema y a “El “Vatayón Militante”, con “entrada libre” en las cárceles”.
Naturalmente, como ocurre en estos caso, los referentes políticos de la
oposición se hicieron prontamente eco de esto y junto con el multimedios
llevaron todo un poquito más allá, afirmando que el Kirchnerismo recluta presos
como fuerza de choque, prácticamente que están por abrir las puertas de las
cárceles para que los presos invadan las calles al grito de ‘Viva Cristina’ y
nos ataquen a nosotros, que sí somos personas de bien.
La exageración no es
mía, es una lectura de las publicaciones que pueden leerse con respecto a este
tema.
En
el comunicado anteriormente mencionado, la agrupación manifiesta que “como toda
la cultura es política, y nosotros no escondemos nunca nada, hacemos política y
la política la planteamos, entre otros aspectos, desde la cultura. Así, se
dieron momentos de enorme compañerismo, de inclusión y visibilización (…). Y
para nosotros, cada uno y una de las personas privadas de su libertad, son
exactamente iguales: ya fueron condenados o están esperando una condena o un
veredicto por el delito que cometieron o no. Desde ese lugar, desde la deuda
social que debe recoger la sociedad y con ésta, la militancia, es que
trabajamos con todos los internos e internas, en igual condiciones”.
Esto
ya ha dado mucha tela que cortar para la prensa opositora, que de seguro
aprovechará el tema durante un buen tiempo. Ahora, hagamos el ejercicio del
análisis, de la evaluación de la lectura y no caigamos en la réplica vacía, es
decir, elaboremos nuestra propia opinión. Toda exageración es mala, toda
mentira en este sentido, perversa. Es evidente que se busca un fin determinado
a la hora de publicar estas cosas, que no tiene nada que ver con los chicos y
chicas que realizan estas actividades culturales y políticas, sino que apunta a
intentar golpear el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Seguramente mucho de aquellos que sólo lean
Clarín o la Nación,
estarán convencidos de que el gobierno recluta presos para sus actos, pero
sería interesante, además de necesario, escuchar las otras campanas, que
siempre suenan. De la misma manera que aquel que sólo lee a los medios afines
al gobierno no tendrá críticas y poseerá, seguro, una visión también sesgada de
la realidad, que en definitiva, es una construcción y los ladrillos de esa
construcción deben pegarse con el cemento que se mezcla, necesariamente, con
algunas paladas de cal y otras de arena.
1 comentario:
Muy buena nota, un abrazo
Publicar un comentario