son algo más que palabras,
son perspectivas”
(V de Vendetta)
Cuando somos chicos, nunca nos llegamos a imaginar cuan difícil puede llegar a ser crecer. Aunque nos expliquen, sólo la experiencia de ir viviendo la vida nos demuestra lo arduo y trabajoso que es simplemente seguir, moverse hacia adelante. Porque crecer, es eso, avanzar. El individuo crece hasta por cuestiones biológicas, crece siempre, aprende a veces. También pueden crecer las sociedades o sectores de ella, pero este es un proceso más lento y complejo por la pluralidad de su composición. Las sociedades pueden estancarse en ese crecimiento durante mucho tiempo y hasta, a veces, pueden retroceder. Aunque hay otras oportunidades en que dan un salto hacia adelante. Se catapultan hacia lo que deberían ser.
Estamos viviendo la historia, es una gran época para ser parte de ésta sociedad, es un gran momento de modificaciones a temas trascendentales que nos llenaban de vergüenza e impotencia. Porque las voces, en su pluralidad, tendrán una Ley de Medios que las respalde, aunque a muchos les de urticaria. Porque las amas de casa ya no deben explicar que lo que hacen en sus casas, no es nada más ni nada menos que trabajar y que por ello son jubilables. Porque los bebes que nazcan a partir de ahora, tendrán un Estado que cumplirá con su deber, porque sus padres, aunque sean desocupados o trabajadores en negro, tendrán, al menos, una mínima tranquilidad en el banco, todos los meses. Porque los asesinos, los torturadores y apropiadores, ya viejos y patéticos, deben estar enterándose que la impunidad que los mantenía cobijados y calentitos, terminó y que sus últimos años, son para la justicia. Porque los nietos que no saben o que no quieren saber, van a ser encontrados, porque nunca vamos a dejar de buscarlos.
Son momentos en los cuales empiezan a haber leyes que, de a poco, nos están incluyendo a todos. Una amplia porción de esta sociedad está dando debates merecidos, buscando soluciones necesarias, desde diversos sectores políticos. Estamos reparando décadas de discriminaciones y abusos, décadas de hipocresías y bajezas y falta aún mucho más. Las personas del mismo sexo, si así lo quieren, podrán casarse. No porque necesiten de un papel para quererse, no porque necesiten que el gobierno o los diputados los autoricen a formar pareja, a convivir, a vivir sus vidas plenas sin esconderse. No. Éste es un cambio fundamental porque ahora el Estado y las leyes no harán más diferencias, no segregarán a unos y ampararán a otros por su condición sexual, aunque a muchos, todavía, les cueste comprender que Igualdad, no significa que somos todos iguales, sino que todos debemos tener las mismas oportunidades.
Entonces, es una gran época, porque son cambios que se motorizan desde sectores de esta sociedad. La historia ha de hacerse así, creciendo, avanzando y retrocediendo, para que cuando nos toque mirarla desde lejos y la memoria juzgue nuestros actos de hoy, lo que veamos nos depare sonrisas y si hay alguna lágrima, que sea de dicha. Ahora nos toca a nosotros, los habitantes de este pueblo y de este tiempo, mirar hacia adelante, sin volver a mirar a nadie por encima del hombro, pudiendo, de a poco, reconocernos en el otro, aceptarlo como es, sólo con mirar hacia el costado.
María José Sánchez
Foto: Javier Fuentes
1 comentario:
Excelente! Digo lo que digo siempre: no entiendo cómo es que hace unos quince años estábamos todos de acuerdo en ciertas cuestiones elementales y ahora que se hacen realidad no estamos tan de acuerdo. ¿No es raro? No, no lo es. Porque quejarse del que está en el poder es un deporte al que somos muy adeptos. Quejarse sin ponerse a pensar, quejarse por quejarse, quejarse por las dudas.
Muchos insisten con la cuestión de remarcar el supuesto autoritarismo de los Kirchner. Yo más que autoritarismo lo que veo es férrea convicción de llevar las cosas adelante. Y aunque se tratara de autoritarismo, pues bien: quiero el autoritarismo del que hace las cosas sobre las que hace un tiempo parecíamos estar todos de acuerdo.
Yo comprendo que siempre conviene ser crítico y cauteloso al juzgar. Pero el riesgo de esa actitud es la de no poder valorar cuando las cosas se hacen bien.
"El peligro de desconfiar sistemáticamente de los mesianismos es toparse alguna vez con el verdadero Salvador" :)
Bien por este gobierno. Bien por Cristina.
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