miércoles, octubre 21, 2009

Ausente sin aviso



    Dar la información minuto a minuto ha de ser un trabajo arduo, complejo, debe de requerir una gran dedicación. Las personas que, como yo, no nos dedicamos a informar, -y mucho menos a seguir y transmitir las noticias al momento que suceden-, contamos con cierta libertad temporal a la hora de opinar sobre los temas. Es por eso que resulta más cómodo, pues permite una perspectiva distinta, por un lado, con la humildad de asumir hasta donde sabemos sobre ciertos temas, y de lo que no se sabe, no decir nada. Y por el otro, con cierto valor, ya que siempre se opina desde el mismo lugar, diciendo lo que se piensa, escribiéndolo y, en el mejor de los caso, publicándolo.

    Desde ese sitio, es que quiero hablar de la sensación que me queda después de haber vivido la toma del Concejo Deliberante de General Pueyrredon desde adentro, es cuan desprotegidos estamos los marplatenses y los batanenses. Quienes nos gobiernan -o dicen hacerlo-, no cuentan, resulta evidente, con la capacidad de intraposición, que resulta fundamental a la hora de hacer política, a la hora de decidir por los demás, es decir, carecen de la capacidad de ponerse en el lugar del otro. Esto, que en apariencia podría aparentar ser un dato menor, se pone en manifiesto con obviedad lastimosa en circunstancias como la de este martes.


    Los reclamos de los trabajadores, ya sean ocupados o desocupados, merecen, sin excusa, la atención plena de la dirigencia política y, más aún, del gobierno local. Podemos, por un lado, decir y saber que la violencia no resuelve las cosas, que no se puede reclamar el diálogo después de irrumpir a los golpes. Pero también podemos decir, sin desatender lo anterior, que tampoco puede ser posible que la única forma que tienen algunos sectores de ser escuchados sea irrumpiendo con violencia. Es inadmisible que ésa sea la manera que tienen de recibir atención, cuando ya están acorralados.


    El origen y trasfondo del reclamo, (ante reiterados incumplimientos del intendente Pulti en relación a la tardía provisión de recursos para efectuar los trabajos de obra pública pactados por el plazo de un año, cooperativas de organizaciones sociales tomaron durante la mañana de este martes el Concejo Deliberante), puede despertar distintas opiniones, como hemos podido escuchar o leer en estas horas. Pero hay otras cosas que aún preocupan más, como por ejemplo que esta toma se sume al anecdotario de quienes estuvimos dentro o fuera del recinto, atentos al acontecer, asusta que sólo vaya a ser un grito más contra el viento, de esos que estamos tan acostumbrados, cuando las voces se van hacia otro lado, cuando no llegan a los oídos a los cuales estaban destinados.

    Insisto, ayer no había quien piloteara en la tormenta, no había bombero en pleno incendio, por ser metafórica y no decir con toda la boca que la persona que debió estar presente, brilló, pero por su ausencia. Es claro que el Intendente tienen que cambiar muchas cosas, en muchas áreas, pero sobre todo, tiene que asumir las responsabilidades, todas. No sólo hay que salir en las fotos cuando llega La Copa Davis o cuando se inaugura una Cumbre de Alcaldes, o cuando llegan fondos extraordinarios de nación o provincia, sino también hay que estar a la hora que estallan los conflictos de los que menos tienen.


María José Sánchez
majosanchez@gmail.com

Foto de www.0223.com.ar

domingo, octubre 18, 2009

364 días




-¿Qué esperabas? -suspiró Úrusla-. El tiempo pasa.
-Así es -admitió Aureliano-, pero no tanto.”
Gabriel García Márquez (Cien años de Soledad)


El consumismo en el que osamos existir, nos fuerza a vivir en montañas rusas sentimentales, hay días instaurados comercialmente como de festejos, los famosos “Día de...” que tienen intrínseca la capacidad de causar el efecto contrario en muchos. Como hoy, Día de La Madre, o como lo llaman ahora, desde hace algún tiempo, queriendo atenuar efectos: Día de la Familia.
Me vienen a la memoria las actividades que me hacían hacer en la primaria para días como éstos, nos hacían manufacturar algún tipo de presente en clase con el objeto de ofrecérselos a la/el agasajado. A mi siempre me ocurrió que cuando llegaba junio y el Día del Padre cumplía un domingo más, tenía que darle el regalito a mi madre, que también cubría esas funciones desde siempre. Después de muchos más años, cuento con cierta perspectiva y me resulta absurda la crueldad de hacer pasar a los chicos por eso. En mi caso particular no había casi dolor, sino más bien una confusión infantil: cuando uno nace ciego no sabe que es ciego hasta que alguien se lo dice y el que no sabe, es como el que no ve, dicen los refranes. Pero cuando llegaba la hora de la artesanía para las mamás, no había confusión, era parte de la normalidad.
Ahora, adulta, o como se llame tener 27 años, vivo otra circunstancia. Tuve madre hasta los 19, es decir, nací viendo. Entonces, se lo que se sentían los Días de las Madres, al menos los de antes: llegar a las doce de la noche del sábado con el regalo preparado, si es que había logrado aguantarme en la semana y no se lo había dado ya. Ahora, me fuerza la costumbre, compro regalos para mis tías y últimamente, dos de mis primas.
Los días como hoy, que ahora se innecesarios, no deberían obtener tanto crédito, no deberían estar tan sobre estimados. No importa la edad que tengas, cuando tus padres mueren, siempre te quedás huérfano. Entonces me pregunto, si ya hay otros 364 días para que, los que los tengan, puedan estar con las madres o los padres o los abuelos, ¿porqué hacer de un día algo especial? Como si no fueran especiales todos los días. Nosotros, los que nos quedamos fuera de estos festejos con los años, también tenemos 364 días para extrañarlos, siendo tal vez estas lineas sólo una forma más de hacerlo. Pero hay fechas que siempre nos terminan lacerando el recuerdo, nos obligan a sonar un poco resentidos con el calendario de los comercios, y nos solidarizan con todos esos nenes y nenas que esta semana hicieron su regalito y se lo tuvieron que dar a otro, o que dentro de algún tiempo, querrán que cuando llegan ciertos domingos de octubre, uno pueda dormirse el sábado y despertarse el lunes.

María José Sánchez
majosanchez@gmail.com